«Me he levantado a las dos de la madrugada y he conducido cinco horas bajo la lluvia para poder vivirlo en primera fila», explica el suizo Michael Schwery, futuro propietario del vehículo que se está montando aquí: una autocaravana de primera clase sobre la base de un Arocs. Estamos en las instalaciones de Krug Expedition GmbH en Schladming, Austria, al pie de las montañas de Dachstein.

La empresa está especializada en este tpo de vehículos de expedición. Cada movimiento se ejecuta con precisión. Ahora, el zumbido y el traqueteo de los atornilladores eléctricos con limitación del par marcan el ritmo. Un juego de tornillos de 36 milímetros asegura la unión permanente entre la cabina y el chasis: a este acto se le denomina, simbólicamente, «la boda». La cara de Michael Schwery expresa la alegría de poder asistir a esta unión.

Slawa Knorr también está satisfecho: «Todo ha vuelto a salir perfectamente. Siempre nos sentimos muy orgullosos cuando se une un chasis con una de nuestras cabinas», afirma el gerente de Krug Expedition. La empresa cuenta con unos 100 vehículos desde su fundación, a los que seguirán otros 35 sólo en 2022.

Aquí todos son entusiastas del offroad. El propio Werner Müller, del departamento de ventas, ya ha dado la vuelta al mundo con un vehículo de expedición. Hoy, el trayecto es más corto: los «recién casados» van de viaje de novios a una estación de pesado. El Arocs atraviesa rápidamente los Alpes con su motor de 290 kW. La báscula marca 12,6 toneladas. «A esto hay que añadir un poco más, hasta que hayamos terminado todos los trabajos de transformación y montaje», afirma Müller.

La prueba también incluye un breve recorrido de prueba por un campo de grava montañoso. Con el botón giratorio situado a la derecha del volante, Müller activa los bloqueos del diferencial, la pantalla secundaria proporciona la información visual y el Arocs se mueve de forma segura y suave por la ladera.

De vuelta en las instalaciones de la empresa, el gerente Knorr trepa por una escalera manual hasta la cabina: aún falta por colocar la escalera extensible eléctricamente. El interior es de diseño minimalista, para que no haya muchas cosas que se puedan romper. Knorr señala la pequeña cocina con horno eléctrico y placa de inducción. «Los aparatos reciben la alimentación eléctrica de las baterías ocultas debajo de la zona para sentarse».

Knorr levanta la mesa, la desplaza hacia un lado y abre el suelo de debajo. Aquí se encuentran la calefacción y el abastecimiento de agua. «Todo es muy compacto. Me siento como si estuviera en una casa pequeña, más que en un vehículo», dice sonriendo. A ello contribuyen también las ventanas de auténtico vidrio. O el minicuarto de baño con inodoro sin productos químicos, lavabo y ducha. «Después de un largo día por pistas polvorientas, es un gustazo poder darse una ducha caliente».

Entre las características del vehículo se incluyen dos depósitos de diésel extragrandes y un separador de agua. «Algo imprescindible cuando se viaja por países lejanos y no se puede confiar en la calidad del diésel europeo», afirma Knorr. Por supuesto, cuenta con tracción integral, así como con regulación de la presión de los neumáticos. «Cuanto menos presión tengan los neumáticos, mejor será la tracción sobre arena», explica.

Los paneles solares alimentan las grandes baterías de litio. ¿Y si tienen nieve y hielo encima? «Entonces entra en juego un generador eléctrico: así, nuestros camiones están preparados para todo», afirma Knorr. La calefacción está acoplada al vehículo de base, para que el motor se pueda precalentar con la calefacción de la cabina, y al revés. «Así, la cabina ya tiene una temperatura agradable cuando, después de un viaje, se pasa del puesto de conducción a la cabina habitable», explica. Gracias a la instalación de tratamiento del agua, el agua de río se convierte en agua potable. «Algo vital cuando se está lejos de la civilización».

Y hablando de civilización: como paracaidista y entusiasta del salto base con traje de alas, el suizo Michael Schwery, futuro propietario del vehículo de expedición, es un amante del riesgo. Sin embargo, la seguridad es importante para él. Por lo tanto, encarga la instalación de un sistema de cámara de 360 grados y un paso directo entre la cabina habitable y el puesto de conducción. «Con las cámaras, que tienen pantallas en la sala de estar y en el puesto de conducción, puedo ver en todo momento lo que sucede alrededor del vehículo. Si algo no va bien en el exterior, puedo pasar inmediatamente al puesto de conducción y marcharme». Además, una cerradura triple en cada puerta y en las ventanas ofrecen aún más tranquilidad.

El suizo abandona las instalaciones de la empresa con unas vistas de ensueño y lleno de ilusión: ya está preparando su primer viaje por todo el mundo con su Arocs.