En 1970 vino al mundo Sascha Bee, y ese mismo año su padre compró un LP 811, cuyo sonido le acompaña desde entonces.

La limonada también se puede repartir en bicicleta. Así lo demostraron August y Josefine Bee: en 1934, la pareja fundó una empresa y produjo su propio refresco, marca «Metrogold». El éxito fue inmediato, y la bicicleta pronto se convirtió en un medio de transporte desfasado: ese mismo año, la producción aumentó hasta las 1.500 botellas por hora. Desde entonces, Getränke Bee es un referente en la zona de Esslingen en todo lo relacionado con los refrescos líquidos.

El negocio permaneció en la familia y, desde hace años, es dirigido por el nieto, Sascha Bee. Este se sigue sentando aún hoy al volante del LP 811, que forma parte de la flota de vehículos de la empresa desde su año de nacimiento, 1970. Bee comparte con el vehículo no solo el año, sino también un montón de recuerdos. De niño acompañaba a su padre en sus rutas por la región suaba de Esslingen.

Los repartos se realizaban con una plataforma de caja abierta que, a principios de los ochenta, tuvo que dejar paso a un furgón para bebidas Topliner. Llega el año 1988: Sascha Bee ya tiene carnet de conducir y empieza a vivir sus primeras experiencias al volante de este vehículo de 7,5 toneladas. A mediados de los noventa, los Bee conceden un poco más de descanso al LP. En lugar de usarse para el tráfico de reparto, a partir de ahora se le añadirá un toldo y un tirador y se utilizará con fines promocionales, para atraer la atención en eventos.

En 2010, este clásico quedó fuera de servicio provisionalmente, y durante algunos años simplemente estuvo guardado en el garaje. Hasta que Sascha Bee decidió someterlo a una restauración completa. No quería quedarse sin su fiel compañero: «Cuando me siento al volante, inmediatamente vuelven los recuerdos de los muchos kilómetros que recorrimos juntos por Esslingen y Stuttgart. Una hora conduciendo el LP y soy otra persona», asegura Bee.

Para él, motivo más que suficiente para ser el único que conduzca el 811: al fin y al cabo, si algo te importa, lo proteges. Sin embargo, sí que habrá una excepción. Y es que la nueva generación de los Bee se está preparando para sacarse el carnet de conducir, y espera con ilusión su primer viaje al volante de un auténtico clásico.